Adrián Torres
Perfil
del escritor
El escritor Adrián Torres
nació un 26 de agosto de 1972 en un caserío llamado Licanto, perteneciente a la
aldea de Linaca. Esta aldea pertenece al departamento de Choluteca. Hijo de
Norberto Ávila y Tomasa Torres.
Adrián Torres estudió
parte de su primaria en la escuela José Trinidad Reyes, debiendo caminar unos
cuatro kilómetros para llegar a las aulas de clases. Siendo hijo de campesinos,
había que dejar muchas cosas hechas antes de emprender la caminata hacia la
escuela, como ser: ayudar a sus hermanos a dejar la leche en su lugar y lavar
los utensilios usados para ese fin. Era doble jornada, eso significa que recibía
clases mañana y tarde, regresando a casa hasta a las cinco de la tarde. Su
abuelo, don Sabino Corrales era ganadero, como también el resto de sus
familiares. A muy temprana edad Adrián Torres conocía todo lo concerniente a la
vida de campo. Tiene vivos los recuerdo de los momentos mágicos que vivió en
medio de la naturaleza.
A los doce años de edad,
su madre, Tomas Torres, decide separarse de su compañero de hogar, Norberto Ávila,
llevándose a todos sus hijos a vivir a la ciudad de Choluteca. Inmediatamente matriculó
a sus hijos menores en la Escuela Adventista para que terminaran sus estudios
primarios. Adrián Torres es el ultimo de siete hijos de doña Tomasa. A causa de
su edad y el cambio drástico en su vida, del campo a la ciudad, cae en una
profunda timidez; las costumbres, el lenguaje y las relaciones interpersonales
eran totalmente distintas. Comienza a leer uno que otro libro que llega a sus
manos, empujado por la timidez, sin darse cuenta que era lo que posteriormente
lo lanzaría al mundo de la literatura; convirtiéndose en un narrador,
novelista.
Después de terminar su
primaria, busca trabajo para sumarse a la lucha del sostenimiento de su familia.
Su madre lo matricula en la jornada nocturna del Instituto Cultura Sureño, el
siguiente año pasa a estudiar al Instituto Técnico Vocacional del Sur, siempre
en la jornada nocturna para no interrumpir lo primordial; trabajar en el día
para ayudar en el sostenimiento de la familia. A los 17 años, ya para cumplir
los 18, es reclutado por el ejército para prestar el servicio militar
obligatorio, interrumpiendo sus estudios y perdiendo esperanzas de seguir preparándose
académicamente. Desde pequeño a Adrián Torres le encanta aprender; le encanta
estudiar.
Una vez prestado el servicio
militar obligatorio se dedica a trabajar en distintas empresas de la zona Sur;
especialmente en camaroneras. Al poco tiempo, siendo un joven soltero de 21
años, viaja a la ciudad de Danlí para trabajar en una empresa tabacalera. Su
hermana, Ana Rossa, le abre las puertas de su casa para apoyarlo en su nuevo
proyecto. Un año después de llegar a Danlí, departamento de El Paraíso, visita
la iglesia de Cristo y se hace miembro de ella. Teniendo 24 años de edad contrae
matrimonio con Alba Luz Ávila Oliva en esa misma ciudad Oriental. Tuvo varios
impulsos de matricularse en el Instituto Departamental de Oriente (IDO) de Danlí,
pero a causa del horario de trabajo se le hizo imposible.
En la capital de Honduras
(Tegucigalpa) vivía un misionero norteamericano llamado Anthony Glenn Melton. Este
misionero viajaba de vez en cuando a la ciudad de Danlí y de esta manera
conoció a Adrián Torres. Después de mirarse un par de veces se hicieron amigos
y Mr. Melton le pide que se traslade a vivir a Tegucigalpa, en primer lugar,
para que se convirtiera en un predicador del evangelio. En segundo lugar, para
ponerlo a estudiar. Adrián Torres, con el consentimiento de su esposa, acepta
trasladarse a vivir a Tegucigalpa. Aún no tenían hijos en 1997 que deciden
emprender el viaje. El misionero Anthony Glenn Melton le pide que estudie computación
y lo matricula en el Instituto Tecnológico de Computación; a la vez, lo
matricula en el Instituto de Hondureño de Cultura Interamericana para que
estudie inglés. Al terminar los estudios de computación, Adrián Torres es
encargado de dirigir la imprenta de la iglesia. A la vez, por cuatro años
estuvo sumergido en el estudio de teología.
En ese mismo tiempo sacó diplomados de mecanografía, convirtiéndose en
un mecanógrafo. Diplomados de Homilética Práctica. Ha seguido estudiando, como
ser, lengua y literatura, redacción y el dominio del lenguaje español en línea,
de una manera informal; sólo para aprender, no para obtener un título. De modo que
Adrián Torres no ha parado de estudiar desde que el misionero Anthony Glenn Melton
lo matriculó en las instituciones antes mencionadas. Desde aquel entonces ha
estudiado con el único propósito de aprender, no para obtener un título.
Adrián Torre ha confesado
que seguirá estudiando el lenguaje y todo lo que tenga que ver con literatura,
porque tiene el propósito de escribir una obra maestra y que quede como un
legado para la literatura hondureña. Es un fiel creyente de que no hay nada que
el ser humano se proponga que no pueda lograrlo, nos ha demostrado tal cosa al
llevar escritas tres novelas; la segunda sale al publico en el mes de abril del
presente años 2019.
Es padre de tres hijos
que ha procreado con su amada esposa, Alba Luz Ávila Oliva, que son: Anthony Adrián
Torres, Arlington Adrián Torres y Alba Gisselle Torres.
Ahora ama más la lectura
que antes y dedica mucho tiempo a ello. Le apasiona la literatura rusa, alemana
e inglesa. También es un admirador de las novelas de Gabriel Garcia Márquez y
las novelas del hondureño Ramon Amaya Amador.
Su mayor influencia en la
literatura la ha obtenido de la literatura rusa y latinoamericana; como también
su vida, envuelta en la naturaleza del campo.
Tiene proyecto de seguir
escribiendo. Se ha fijado la meta de escribir cinco novelas, esperando poder
culminarlas en un periodo de diez años. La razón por qué está estudiando dura
ahora, es porque tiene la intención de hacer de su cuarta novela una obra
maestra. Ya tiene la temática, la cual se obviará en este momento para no
entorpecer el desarrollo de sus obras literarias.
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